Quince años no es nada
*Por Hugo Delgado

El equipo Celeste que nos representó en el cuadrangular amistoso,
después vendría la vuelta al fútbol oficial en la C.


Hoy podría ser un día cualquiera… un día más. Hoy debería serlo y sin embargo no lo es.
La indiferencia política institucional de los funcionarios de turno, la descontrolada acción de dirigentes que no tuvieron conciencia del rol que jugaban y la lógica natural de nuestra sociedad que ignora (cuando no condena de antemano) a los más débiles llevaron a Temperley a ser, allá por el año ’91 el primer y único club del fútbol argentino al que se le impediría jugar campeonatos de AFA por una quiebra.
La medida llegaba más lejos, hasta el remate. Sin embargo la tozudez de su (nuestra) gente que pese a la clausura siguió manteniendo viva la esencia del Club, aún en la calle o sus veredas y finalmente la decisión de un grupo de hinchas (cinco de ellos, para ser más precisos) que pusieron sus propias casas de garantías permitió abrir las puertas primero y volver a la cancha después.
¿Se acuerdan de esa época?
Hoy, con aquella epopeya como un recuerdo, muchas veces asistimos a discusiones y luchas intestinas que nos dan pena. Vemos que hay muchos “hinchas” que desde su discurso pareciera que desean que al Club le vaya mal.
Sabemos que no es así, pero sin embargo así suena.
No vamos a entrar aquí a analizar la inoportunidad de aquella medida judicial que perjudicó enormemente al patrimonio de Temperley (si no basta recordar alguno de los nombres de quienes eran sus jugadores en aquella época). Solo vamos a hacer hincapié en la necesidad de alcanzar una unidad que nos permita volver a tener el Club que todos nos merecemos, que le permita al Club estar en el lugar que se merece.
Este es un momento importante para repensar la historia, para repensarla desde la historia de cada uno.
Sabemos que los pocos pesos de la cuota social, individualmente, no sirven para cubrir los gastos de una Institución grande como la nuestra, sin embargo miles de cuotas permitirían al Cele tener una economía saneada donde el Fútbol no necesitara estar subvencionando el funcionamiento de la actividad social.
Hoy, el deber de la hora es acompañar al Club, nuestro Club, hacia el lugar que por su gente y por su historia merece y la forma de hacerlo es asociándose. Invitando a nuestros amigos a asociarse. Contagiando a nuestros vecinos el fervor y el amor por este Club y este color para que se sumen y se asocien.
Después de quince largos años de lamerse las heridas como un león, Temperley enfrenta hoy un campeonato por primera vez con una frase en su boca: “¡Vamos por el ascenso!”.
Es por eso que de una vez por todas debemos olvidar los motivos secundarios de disputa y centrarnos en el motivo central de nuestras concordancias que es el amor a esta institución.
Y vamos… Todos… con el Cele a la B Nacional (por ahora…) y después a primera.