Algo huele feo en la platea

Todos tenemos conocimiento de la ridícula medida en la cual se establece que los simpatizantes del ascenso no pueden concurrir a los estadios cuando su equipo juega en condición de visitante. Ahora bien, también se sabía que a los pocos meses de aplicada la medida, la buena relación entre los clubes iba a llevar a que aunque sea los dirigentes puedan obtener un lugar privilegiado en cada cancha de la categoría. Con el correr de los campeonatos la confianza se fue acrecentando y no solo directivos pudieron ver a sus clubes, sino hasta allegados y no tanto.

Nada de esto nos parece desacertado, ya que todo radica en el consentimiento mutuo y en la pasividad de los invitados. Además es una manera de sobrellevar una decisión por lo menos arbitraria.

Pero en el caso del Club Atlético Temperley la generosidad se esta convirtiendo en irresponsabilidad. Queremos aclarar, como ya hemos dicho antes, que estamos totalmente de acuerdo en recibir parcialidad del equipo visitante; pero no de la forma en que lo estamos haciendo.

Los primeros partidos era poca la gente que venia de otros clubes. Se las ubicaba en las cabinas y allí podían disfrutar del partido aislados de la platea local. Con el correr de las fechas, reconociendo la ausencia de inconvenientes y la buena disposición del Club, comenzaron a concurrir más y más personas. Tantas que una cabina no disponía de suficiente espacio para albergarlas a todas. A partir de ahí se tomo la mala decisión de ubicarlos en el palco de prensa (contiguo a la platea local).

Aquí radica el centro del problema. No estaría mal hacer eso cuando se sabe que son directivos a los que se conoce o periodistas haciendo su trabajo, pero como en este caso los que se sientan son amigos de un amigo de un amigo la situación se ha vuelto incontrolable.

Con la tensión del encuentro es de esperar que esta gente se ponga nerviosa y llegue a hacer comentarios o hasta gritar. Y cuando el que tiene al lado es un hincha de Temperley que tiene muy en claro que esa persona no tendría que estar ahí solo nos resta esperar para que la cosa se ponga fea. Esto sucedió más que nada con los equipos conocidos de la categoría como Morón, Tristán Suarez y recientemente con Defensores de Belgrano. En la próxima viene Nueva Chicago.

Afortunadamente hasta ahora no hay que lamentarlo. Pero no puede ser que los intereses del Club dependan de la buena disposición de estos muchachos. Porque el día que se arme quilombo o el día que alguno de ellos arroje algo a la cancha, los que van a pagar la multa y hacerse cargo de la sanción somos nosotros.

¿Por qué una Institución de la categoría de Temperley tiene que depender de terceros en un tema tan delicado como la seguridad en las canchas?

De ninguna manera la solución que proponemos es no recibir más a personas del club visitante, ni tampoco limitar su cupo. Pero lo que tendríamos que hacer es ubicarlos en otro lado, alejados de los hinchas locales. Un lugar perfecto sería en el codo entre la visitante y la tribuna de la 9 de Julio. No dejaríamos de ser hospitalarios, después de todo es un favor, y nos manejaríamos de la misma manera que se manejan ellos cuando dirigentes y allegados de nuestro Club visitan canchas rivales. Tampoco perderíamos lugar para los nuestros, ya que actualmente ese sector se encuentra vacío y custodiado injustificadamente por la policía.

Sabemos de lo complicado que es manejar algunas disposiciones del Co.Pro.Se.De y de los funcionarios policiales, y decimos disposiciones por no decir caprichos, por lo que seguramente esta medida no es de fácil implementación, pero también creemos que el riesgo al cual nos estamos exponiendo es demasiado alto.

Imaginemos la situación de un desborde de hinchadas televisado (no importa en que categoría), con los medios pidiendo la cabeza de “alguien” y que en ese contexto un desaforado hincha, local o visitante, provoque un tumulto en nuestro palco en el que salgan golpeados dirigentes de la visita. Parece descabellado que nos sancionaran con quita de puntos?.

Que la generosidad no nos pase por encima y nos termine perjudicando. Esto es serio, en cualquier momento puede pasar algo y nos vamos arrepentir de haber dejado que se nos vaya de las manos.

Rodrigo Gabriel