Sustantivos Propios... y Comunes
Por Juan Pablo Marrón
Revista Línea de 4
Especial para Gambeta

jpmarron@gambeta.info


Como en el estreno de cada ciclo la rotación de nombres propios es desde distorsionada por intereses disímiles hasta con exiguas concreciones a partir de lo que se aventura. Temperley, dentro de la antigüedad de su limitación económica, parece no haber caído en la tentación de la enormidad en la erogación del dinero. Existen, en el pasado reciente, un cúmulo de gastos pomposos con más aroma intrigante que inversionista. En los postreros torneos figuran más exclusiones que clasificaciones (apenas 3 participaciones en el Torneo Reducido sobre los nueve años que avizoran el fin de la década, con dos prematuras eliminaciones en primera instancia). Vaya... si hay deuda futbolística. Pero en el medio se levantaron cuatro torres de iluminación (2005) y se intentó apostar a un ideal consagratorio con hombres del club y un cuerpo técnico de la casa (2007/08), luego poco respetado cuando los resultados no se dieron con inmediatez y no por la cúpula dirigencial precisamente, sino por aquellos que imploran enérgicamente por los proyectos largoplazistas y luego enloquecen ante la esquizofrenia del resultado.
Son en total 15 los futbolistas que trocaron las casacas con otros tantos que se fueron por la puerta de atrás. Por ciclos cumplidos, falta de espacio, obligaciones contractuales o un oeste cautivante. Considerablemente cautivante. ¿Se le puede caer a Temperley porque trajo 15 (muchos) cuándo se le fueron demasiados?. La mitad de este plantel está conformado por futbolistas que nacieron en el Polideportivo San José y aledaños. El resto, a excepción de Díaz y Quiñónez (de la temporada anterior) y Pagés, Salvatierra y Bustos Montoya (más universales en el vocablo mediático), son desconocidos para el ojo celeste. Y a la vista está que existe cierto cuidado con las cuentas del club, inhibición mediante, luego de la fuerte inversión de la 08/09. No valen las quejas por la ausencia de “nombres” porque da la casualidad que son las mismas bocas que se lastiman por los gastos excesivos cuando se los llama a esos “nombres”. El futbolista pide mucho... será porque siempre se lo dieron. ¿Por qué se lo dieron? La respuesta la tiene el hincha que también los llama cuando no conoce a los que tiene.